Hay una nueva tendencia que se ha abierto camino en los últimos tiempos con respecto a la pintura de la habitación. En particular, hay una «quinta pared» que, hasta hace algún tiempo, nunca se habría pensado: el techo.
Bueno, sí, con el color, el techo puede pasar de ser del blanco simple y aséptico a convertirse en el gran protagonista de una habitación.
Además de decorar y agregar color a la habitación, el techo pintado en un color oscuro también tiene la capacidad de cambiar la percepción del espacio.
Pintar el techo en un color oscuro es un simple truco para redimensionar la altura de la habitación compensando los defectos de proporción. De hecho, el color oscuro reduce visualmente el techo y, en consecuencia, parece ampliar el perímetro.
Por lo tanto, es una solución perfecta para habitaciones estrechas con el techo muy alto. El techo alto, si está pintado de blanco, de hecho, hace que el ambiente se sienta aún más estrecho. Si lo pintamos oscuro, hará que la habitación parezca más grande.
Pero pintar el techo oscuro es también un gran truco incluso para habitaciones muy grandes con techos muy altos. El techo oscuro cambia el tamaño de la habitación y, sobre todo, la hace más acogedora.
Además, si el techo tiene decoraciones de yeso, el color (tanto si es muy oscuro como si es claro y suave) logra realzar los motivos y el efecto 3D, que en cambio hace que se camuflen con el blanco y los hace más modernos y contemporáneos.
Otra buena solución es pintar también una franja perimetral del mismo color que el techo: esto creará un efecto de «tapa» que hará que la habitación sea muy acogedora y, por lo tanto, es una idea perfecta, por ejemplo, para el dormitorio.
Pintar una parte de la pared y el techo es una excelente manera de crear una separación visual entre dos habitaciones o dos funciones de uso, por ejemplo, en una sala de estar que también incluye la cocina y el comedor.
Pero también es una buena manera de mejorar pequeñas salas de pasillos o pasillos.
La misma teoría del color se puede aplicar en baños estrechos y largos. Realmente me gusta la idea de pintar el techo y las paredes del mismo color, crea un efecto «caja» que, no solo es original, sino que también hace que el espacio sea más acogedor.
Por último, puede ser útil pintar el techo y la pared posterior del mismo color en el caso de pasillos muy largos: para dar un efecto óptico, el pasillo se verá mucho más corto.
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